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169 días.

169 días han transcurrido 169 días desde el momento que volé hacia otra tierra, una tierra desconocida dejando todo lo que conocía. 169 días desde que comencé a crear una nueva vida, tratando de dejar el pasado a miles de kilómetros de distancia, aunque a veces me alcanza. Ya la estabilidad emocional comienza a aparecer, la seguridad y positivismo están en mí otra vez. Aunque a veces, sentado en El Parc de la Mar, a la luna le pido que me envíe una compañía, alguien con quien tomar el café por las tardes y el té por las noches, sé que lo mejor está por venir y que no hay que desesperar porque las personas que te llenan de poesía tardan en llegar. Poco a poco y paso a paso los fantasmas de mi pasado se alejan de mí y le dan espacio a un nuevo amanecer. La luna me aconseja, las estrellas me acompañan y Orión me da paz, por ahora es todo lo que necesito. Porque lo bueno siempre tarda un poco más.
Ni frío, ni calor. He perdido la inspiración y las ganas, últimamente no siento nada. H e visto como personas se van de mi vida como un atardecer, he visto como otras regresan como un amanecer, he notado como poco a poco deja de importar aquello que muchas veces me ayudaba a despegar. Pero aquí me encuentro una noche más; agradeciéndole al universo tu existencia, aunque ya estés ausente, y pidiéndole a la luna que te guíe y te proteja por si algún día te pierdes y desesperas.

Hay sentimientos que no podemos arrancar de raíz

Hay sentimientos que no podemos arrancar de raíz, hay personas a las cuales siempre estaremos ligados, hay situaciones de las que no podremos librarnos y consecuencias de las que no lo lograremos escapar. Tú, por ejemplo, siempre serás: En lo primero que piense cuando mis nietos me pregunten: “¿quién fue el amor de tu vida?” Y, mirando a su abuela, en mi mente responda: “alguien que no está aquí, porque el miedo de ambos no nos permitió seguir, pero a su regreso día y noche me aferré hasta que me perdí…” Quizás algún día a ellos nuestra historia les cuente. Porque el verdadero amor sólo llega una vez lo perdí y lo esperé, aferrado a la idea de un romance que no se consigue en estos tiempos. Y nos entregamos tanto que, en las relaciones siguientes sólo hay fragmentos de aquellos sentimientos que alguna vez estuvieron. Ya no habrá café que me quite el sueño, ya no continuará nuestra historia, ya no tendremos puntos suspensivos…
Hoy te recordé viendo el amanecer, y entendí lo afortunado que fui, porque cada madrugada me regalaba las constelaciones en tu espalda y, al terminar de mirarlas, en tu sonrisa comenzaba cada mañana...
Aún la melancolía me arropa. Aún su recuerdo me persigue. Aún espero cada mañana el café. El café que en sus ojos encontraba. Aún sigo esperando... ...Aunque sé que no va a volver. Porque a partir de ahora nuestros caminos a un océano de distancia estarán y perdimos lo nuestro por tanta necedad. Y aún espero el café... que el sueño me quitaba y me hacía soñar.
Demasiadas nubes en el horizonte impiden que el camino se vea con claridad y hace mucho más difícil los pasos del explorador encontrar. Imposible saber  si se acerca una montaña o roca que le hará caer, pero mantiene la esperanza de volver a encontrar la nave que lo hará zarpar en busqueda de la luna indicada que lo acompañe en las noches y en cada madrugada. 
“Porque amar significa renunciar a la fuerza”. – Milan Kundera, La insoportable levedad del ser. En mi experiencia, al amar, renunciamos a la fuerza porque dejamos de pensar en una sola persona, nos convertimos en seres capaces de pensar por dos, lo que, en cierta manera nos hace vulnerables. Nuestros esfuerzos dejan de ser por protegernos a nosotros mismos y pasan a ser por darle seguridad y protección a aquella persona. Quizá esta frase nos dice que “amar nos hace débiles” algo de razón tendrá. Temores, inseguridades, decepciones, recuerdos y más, son experiencias que nos hacen más débiles, que nos llevan y convierten en personas que desconocemos, actuamos de manera que nunca pensamos y reaccionamos como nunca quisimos reaccionar, porque “los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también”, y nunca estamos preparados para ello. Pero, el amor no es sólo mostrar debilidad, al amar nos volvemos personas fue
Quiero desaparecer todos tus demonios y que conmigo encuentres paz, quiero que tu cabello se enrede en mis manos y que tu vida sea mi compás. Quiero que encuentres la estabilidad y tus días de poemas llenar, conocer todo tu universo y tus lunares todas las noches contar. Quiero que coincidamos en esta vida, y en otras más.
No nos dimos cuenta de lo que significábamos, las estrellas nos acompañaban cuando nos mirábamos y los amaneceres perfeccionaban la noche en la que antes nos acariciábamos. Y no lo notamos pero, encajaban perfecto las puntas de mis dedos con las lineas de tus manos, lo punzante de tus clavículas con el grosor de mis labios Y puedo escribir mil versos con la magia que al universo aportábamos, pero nos dejamos llevar por la tormenta y ahora cuesta encontrarnos.
Si pudieras verme navegando en este universo tratando de encontrarte entre tantos planetas desorbitados sin una luz que me señale donde podría buscarte. La luz se apagó y no me mostró como saber dónde estás entre tanta oscuridad.